EPGO III: Historias de superación en las escuelas de Líbano

Hace apenas unos meses, antes de la emergencia global causada por el COVID-19, nos transportábamos a las escuelas de JRS en Líbano, situadas en Bar Elias y Baalbek, donde Samir y Maher nos contaban su experiencia tras haber tenido que vivir un proceso de adaptación a su nueva vida, dejando atrás las secuelas de una guerra en su país natal, Siria, que empezó en 2011.

“No nos falta nada aquí”, afirmaba Samir. “Los tutores se aseguran de que tenemos todo, no solo educación, sino que nos hacen sentir seguros y cómodos, por eso cambié mi forma de ver la escuela, que ahora me encanta”

Samir, desde Bar Elias, nos explicaba cómo al principio se encontró con innumerables barreras en la escuela, llegando a rechazar cualquier referencia relacionada con la misma. Fue con el tiempo y la ayuda de sus tutores y tutoras y la trabajadora social, Houda, que consiguió adaptarse. “Samir recibió apoyo psicosocial cuando se estaba enfrentando a algunos problemas familiares y escolares”, nos explicaba Houda. “Trabajé con él desde octubre de 2018, dándole una sesión semanal sobre gestión del estrés, resolución de conflictos, autoestima y temas de adolescentes.”

Y es que la escuela es fundamental para poder construir un futuro, especialmente en la infancia refugiada, ya que no solo se considera un lugar de formación sino también de refugio y protección donde los niños y niñas se sienten apoyados y comprendidos, como en el caso de Samir.

Es por eso que no hemos dejado de acompañarles durante esta emergencia: JRS ha adaptado su respuesta ofreciendo educación a distancia para que los alumnos y alumnas puedan realizar los ejercicios, como explica Rayhana Itani, coordinadora pedagógica de JRS en Baalbek, “los tutores y tutoras dan las clases enviando ejercicios grabados en notas de audio y vídeos explicativos al alumnado”, nos cuenta, “utilizando distintos medios”.

Además, también hemos estado ofreciendo apoyo psicosocial tanto a docentes como al alumnado, y hemos realizado tareas de sensibilización para prevenir el contagio del coronavirus.

Como explica Rayhana Itani, coordinadora pedagógica de JRS en Baalbek, “los tutores y tutoras dan las clases enviando ejercicios grabados en notas de audio y vídeos explicativos al alumnado”, nos cuenta, “utilizando distintos medios”

Para los alumnos y alumnas, asistir a la escuela es clave para su estabilidad emocional. Así también se pudo comprobar en las revoluciones ocurridas en Líbano en octubre de 2019, donde por seguridad se dejó de ir a clase durante una semana. “Era un tiempo aburrido, donde echaba de menos estar en mi pupitre y jugar con mis amigos. La escuela es mucho mejor que estar en casa”, recordaba Maher desde Baalbek.

Este alumno nos relataba su pasión por aprender y hacer nuevos amigos, además de la importancia que le daba a recibir una educación en inglés, algo que no ocurría en Siria: “Mejoré mucho en inglés. Ahora puedo leer los carteles y las vallas publicitarias en la calle si me pierdo, antes no podía hacerlo.”

Maher, cuyo sueño es llegar a ser piloto, resaltaba también el apoyo de sus tutores y tutoras. “Me quieren y yo les quiero porque me enseñan cosas que no sé”