21 Nov Aprender a desaprender: escuela de ciudadanía 2020 de JRS Ecuador
«Yo te cuento tu historia, y tú me cuentas la mía. Yo me doy cuenta de quién eres tú, y tú te das cuenta de quién soy yo.» Rafael Torres, participante de la línea de trabajo en Medios de Vida
Una de las líneas de acción de nuestro programa “En las Fronteras de Colombia 2018-2021”, con el que prestamos apoyo a población desplazada, refugiada y retornada, es la construcción de paz y reconciliación en comunidades de acogida. Una tarea que llevamos a cabo a través de espacios de formación, como la “Escuela de Ciudadanía y Derechos” promovida por el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en Ecuador.
Esta Escuela, que cuenta con el aval académico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y un recorrido de 10 años, ofrece anualmente un recorrido formativo y vivencial dirigido a población en situación de movilidad humana forzada y miembros de las comunidades de acogida.
El objetivo: impulsar las capacidades y habilidades de unos y otros y facilitar la puesta en marcha de acciones a nivel local, para la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de desplazamiento interno o refugio y de las habitantes de las comunidades que les acogen.
Se trata de una experiencia formativa con resultados muy positivos cada año. A través del diálogo y la construcción colectiva de saberes, las personas participantes se reconocen como seres humanos, entienden sus propios procesos de vida y deciden caminar juntas para el reconocimiento de sus derechos. Porque todas y todos somos migrantes: nos movemos, caminamos y cambiamos. En nuestro viaje, aprendemos y enseñamos nuestras experiencias a quienes nos encontramos en el camino.
Cuando en marzo de 2020 iba a dar comienzo la Escuela, irrumpió la pandemia global del COVID-19. En ese momento, el equipo de JRS Ecuador, consciente de que en medio de un contexto de tanta fragilidad era más necesario que nunca estar cerca de las personas, se puso manos a la obra y adaptó la metodología para llevarlo a cabo virtualmente.
De esta manera, entre marzo y septiembre de 2020 tuvo lugar la “Escuela de Ciudadanía 2020 – Movilidad Humana y ejercicio de Derechos” con la participación de personas desde Quito, Guayaquil, Tulcán, Esmeraldas, Lago Agrio y Huaquillas en seis encuentros. Enfatizamos el encuentro personal, abordamos los prejuicios, y trabajamos para trascender la individualidad en pro del bienestar colectivo y el ejercicio de derechos. “Confirmé que, en cualquier situación de nuestra vida, soñar es posible”, nos cuenta con determinación Nelsy Lizarazo, facilitadora de uno de los encuentros.
Como acto final, realizamos un encuentro en cada territorio, con todas las medidas de seguridad pertinentes, en el que se hizo entrega de una planta a cada participante, simbolizando la vida, que requiere cuidado y ponerla en relación con otras plantas para su crecimiento adecuado.
A pesar de la modalidad virtual, y de que era el primer año que se realizaba en este formato, todas las personas participantes se mostraron muy satisfechas y agradecidas por el proceso vivido. En palabras de Angie Mesías, participante de la línea de trabajo en Procesos Juveniles:
«Vivir en un espacio de interculturalidad engloba aprender de los demás, comprender los saberes de los demás. Aprendí a desaprender muchas cosas.»
«Para mí la escuela de ciudadanía es… libertad, emprendimiento, esperanza, crecimiento, aprendizaje, interculturalidad, desarrollo, fuerza, motivación, cultura, fraternidad».